jueves, 31 de diciembre de 2015


Hay momentos contradictorios en la vida, en los que una pausa, respirar profundo no es suficiente para encontrar el rumbo. Momentos en los que las fuerzas se acaban o los recursos no alcanzan, momentos en los que nos rebasamos a nosotros mismos. Momentos en los que la mirada objetiva del otro puede guiarnos, puede orientarnos o puede ser el apoyo que nos hace falta…
Hay momentos en los que el alma perdida, no encuentra sosiego, se le escapa la vida… Se va en pensamientos, se pierde despacio, pero en esos momentos hay tal vez una nube, o quizá es algo dentro, puede ser esa intriga, disimulada y escurridiza, que amanece contenta y nos saca la risa, pero cuando no es su día, hace todo el esfuerzo, por robarse la gloria y quitarle lo bello…
De momentos se vive y por momentos se sufre, pero no todos los sueños se escabullen tan fácil, como los momentos perdidos, de los que no nos jactamos o los que ya olvidamos… Si la vida dijera, cuando se nos presenta, seré solo un momento, aprovechen que pasa y todo esto les sirva, pues lo que disfrutamos, como lo que lloramos, todo se vuelve instantes, pero deja grabado, ya sea el recuerdo o lo que nos ha enseñado…
Así la vida se acaba, en momentos fugaces, hoy estamos felices y mañana no estamos… lo refleja la mente en ideas fugaces con las que ayer luchamos y luego aceptamos, o aquellas pérdidas, que cuando recordamos trajeron consigo, la carga olvidada de momentos pasados que creíamos superados: y se pierde la gloria y gana el sinsentido, de batallas pasadas que ya tuve conmigo…

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