
Pero luego descubrí algo aún más profundo, ojalá más útil, pero definitivamente sabía que estaba llegando al fondo de algo, sentí como tocaba el núcleo de una forma de vida y de una de esas convicciones que se defienden con la historia (especialmente si dan lugar a discusiones, aunque sean conmigo misma): una forma de afrontamiento que me ha permitido ir más allá de las limitantes personales, que me ha ahorrado frustraciones innecesarias y me ha permitido "vivir" por así decirlo, cuando las apuestas estaban en contra y cuando las circunstancias no eran compatibles con ponerme metas para ese año siguiente que puede percibirse difuso y hasta irreal. Pero que en el día a día, necesitaba seguir funcionando y tener un trasfondo...
Ahora entiendo un poco la dificultad para encontrar un sentido y detectar sus huellas, pude comprender que tiene que haberlo, pero está sumergido y mi hidrofobia no me ha permitido descubrir ni siquiera los vestigios palpables, aunque eso no signifique que las pistas que no requieran bucear para encontrarlo, esas que salen flotando a la superficie cuando las mareas cambian o se reflejan en el fondo cuando las aguas se ponen cristalinas y se despeja el limo que enturbia el lecho, no puedan irme guiando; ahora comprendo el papel de aquel instructor que intento enseñarme a bucear y ante mi negativa sigue buscando la forma de llevarme a encontrarlas sin poner los pies en el agua...
Aun entiendo tan poco, que no se si realmente hay tesoro en ese naufragio o son solo arrecifes maravillosos llenos de la riqueza natural que vive en ellos, pero entender lo de las metas anuales y ponerlo en perspectiva me permite buscar otra forma de ver el paisaje, desde donde puedo y así detectar cuando convergen todas esas características que permitan estudiar lo que en las profundidades yace, usando los recursos que tenga y no deseando los que no he logrado dominar.
Eso hace que sea necesario otro año sin metas, lo cual no quiere decir que no hayan expectativas, ni sueños, es solo que la idea esta en encontrarle mas el gusto, en saborear cada momento y desglosar cada sensación, para descubrir con ellos esos momentos irrepetibles en los que las circunstancias convergen y permiten que pase a ser factible. Ojalá entender el trasfondo lo haga más fácil de disfrutar, le dé sentido y lo vuelva digerible...
Sólo falta llegar al momento en que, aunque se enturbien las aguas, se tenga una noción clara de lo que se quiere alcanzar y no se cambie tan fácil de rumbo...