Nuestro corazón se inunda y no entendemos que sucede...
Duele cada pensamiento, cada sensación y hacemos lo posible por estar fuertes y evitar sentirnos de esta manera: nos ocupamos en algo, llamamos a alguien, buscamos lugares divertidos o compañías exigentes...
Nuestra mente se confunde o sobran los pensamientos... o parece que no queda ninguno...
Mientras las emociones esperan que escuchemos lo que tienen para decirnos, nosotros retomamos nuestras actividades del día a día...
Ellas son pacientes, pueden esperar toda una vida!