En un ejercicio de miradas y frases, descubrí almas, en su
momento quise entenderlas, conversarlo hizo que me volviera hacia mí y me
perdí… Me lo tome en serio, decidí esforzarme, viendo fotos, buscando miradas;
al recordar frases, dejándome
sentir el contexto; al revivir circunstancias y al volver a sentir el efecto de
las opiniones de otros, aún no recupero el asombro: una mirada dice todo, pero
estamos preparados para sus mensajes?
Recordé a personas que se les reclamó por evadir la mirada y
en un viaje empático pensé:
a quien se le evade una mirada? En qué contexto se evade una mirada? Quien se
atreve a reclamar que le evadan la mirada? Me recordó todos esos discursos en
los que se considera el evadir la mirada una muestra de inseguridad, claro,
pero eso debería preocupar más al que tiene ante sí a un evasor de miradas,
pues con una mirada abierta y de aceptación tendría el potencial de sacar lo
mejor de cada una de esas personas que preocupadas prefieren protegerse.
Bueno, pero también vale la pena ser claros y tener en
mente, que no podemos esperar que nadie nos cierre las puertas de su mirada o
las mantenga abiertas en todo contexto, pues hay tanto en ella (y aquí vienen
las frases), como una sola frase puede cambiar la forma en que vemos. Una
persona por muy segura que sea de sí misma, alguna vez necesita evadir una
mirada.
En las fotos y
recuerdos descubrí sonrisas extensas detrás de miradas tristes, ojos
llenos de ilusión por un instante o por una vida por delante, note enrojecerse
ojos fuertes, por una sola frase, de sus labios o de los míos, de una canción o
de un recuerdo… Dentro de los recuerdos, se me vino a la mente cuando el
pediatra me dijo: usted va a ser una excelente mamá, lo sé por la forma en que
mira al bebé y cuántas veces he querido tener una foto de ese instante...
He descubierto miradas tiernas y abiertas en personas que
parecen frías, he descubierto miedo en personas exitosas y muy capaces, he
visto corazones tan maravillosos que deberían lucirse a los cuatro vientos y
muchas veces se esconden, y tanto dolor detrás del enojo! El dolor de las miradas que juzgan y el deseo de
evadirlas... Y cuando la mirada reveló aquello que nadie esperaba. Vuelvo a las
frases y como una de ellas cambia la misma mirada radicalmente. Y cuál de ellas
se quedó grabada…
También he percibido
odio o intereses sombríos detrás
de frases bonitas y he encontrado
bondad detrás de lo que parece ser charlatanería, he descubierto tanto que a
veces me pregunto: de qué me pierdo cuando evado la mirada? De ese contacto que
nos enriquece tanto, de descubrir la humanidad y el potencial de cada uno, para
bien o para mal… Pero definitivamente para descubrir lo que es real, lo que
hay… cuantas veces una comunicación
escrita o una llamada por teléfono nos roba el mensaje de esa mirada. Y luego
lo que vemos en la mirada no lo vimos en las conversaciones que no fueron cara
a cara y dijeron tanto que no era necesaria tanta palabra, tanto tiempo perdido.
Ahora puedo tomarme mi tiempo y volver a mí, verme al espejo
y entrar en contacto con lo que hay detrás de esa mirada, enriquecerme más,
sabiendo porqué me he protegido a veces, ver las miradas que abruman, asustan o calman; esas miradas
que calman... Que bello es descubrir
la propia mirada.